¡Hola querida Alma!
En el blog de hoy, deseo explicar qué son las Escuelas Etéricas, en qué consisten y quiénes acceden a ella.
Conocer cómo aprendemos fuera de este espacio material que es la Tierra y quiénes nos acompañan en el recorrido del Alma, nos ayuda a comprender mejor nuestros procesos terrenales.
Gracias… ¡y un fuerte abrazo!
La duda no es mal comienzo.
Ejercitarla es alimentar al alma. Dudar es el estado natural del hombre. Así ha sido dispuesto por los que no dudan. El que aprende a dudar respeta. El que duda desempolva su corazón. El que practica la duda multiplica. El que duda admite sus errores y, sobre todo, los de los demás. La duda, entonces, nos hará valiosos. La duda es un truco de la divinidad: cuantas más dudas, más recorrido. Dudar es el pacto obligado con la «chispa». Si el alma no dudara ¿Cómo podría crecer? La duda embellece porque nos hace más humanos. Dudamos porque buscamos. La duda es la mejor protección contra fanáticos, salvadores y ladrones de voluntades.
J.J. Benítez. Jesús de Nazaret, Caballo de Troya 8
Al comienzo de mi desarrollo espiritual y a través de la meditación profunda, un Maestro acudía diariamente hasta mí para conducirme a la Escuela Etérica. Tiempo más tarde, fue el Maestro Yogananda quien me acompañaba. Algo sutil se desprendía de mí y volaba, junto al Maestro, hacia los espacios infinitos donde la Conciencia se expande y experimenta.
El modo en que el Alma aprende es sencillo. No hay libros, ni deberes; solo observación y práctica. El Ser es capaz de integrar el conocimiento al que tiene acceso. Las propias capacidades del alma facilitan la labor, después, con el debido entrenamiento, las lecciones son debidamente asimiladas.
El Maestro guía la clase con amor y paciencia.
Los alumnos, en el Etérico, contemplamos en silencio y con todo respeto. No hay rivalidad ni competencia, al contrario, reina el compañerismo y la concentración. Y risas, muchas risas ¡porque el alma ríe, es feliz! Las capacidades de cada aprendiz son captadas por los Maestros, que ayudan a manifestarlas en libertad, con apertura de corazón, pues así es como nuestros dones se desarrollan en plenitud y se amplifican. Las lecciones se comparten con los demás compañeros y se ejercita el Pensamiento Creador y la Energía Cordial. Ambos, imprescindibles en la Creación, portan la esencia del alma. La gota Divina que habita en cada ser almado, junto a la esencia de cada alma, deja su firma en aquello que crea. Esa firma es la huella energética que une lo creado con su creador. Es el vínculo que cohesiona a la Creación entera. Todos somos Uno. Este concepto básico, que aprende un alumno etérico en su primera lección, es la llave que abre nuestra conciencia al Conocimiento con mayúsculas.
Cuando el Maestro imparte su enseñanza para un solo alumno, ambos se sintonizan en la misma frecuencia, el Maestro le transmite su legado, profundo, auténtico, procedente de un bagaje y sabiduría ancestrales acerca de la Vida, la Creación y el Alma, de manera sutil y delicada. El aprendiz absorbe todo lo que necesita y que su alma puede asimilar en ese momento. Los Maestros saben leer las necesidades del alma de tal forma que, antes incluso de preguntar, el alumno obtiene su respuesta.
Los Instructores, en ocasiones, crean para los alumnos entornos adecuados para el aprendizaje, los acompañan hasta un lugar fuera del espacio y del tiempo, un no-lugar vacío, donde recrean las condiciones precisas para que observen algo concreto, o se sitúen en un contexto determinado. En otras, al contrario, viajan junto al aprendiz a través del tiempo y del espacio, como meros observadores de diferentes lugares, épocas y situaciones de la Creación, para mostrar al alumno la profundidad de lo acontecido, sirviendo esta experiencia para entrenar sus capacidades y reflexionar sobre estas circunstancias. En ambos casos, el discípulo, fija la información en su interior a través de una percepción inmersiva que libera cualquier resistencia o bloqueo existente en él. Así, focalizado en la experiencia, eleva su nivel de asimilación.
La convivencia entre Maestro y Alumno es relevante y potencia la armonía entre las almas. Su simbiosis y el vínculo generado perdurarán para siempre y facilitarán la integración de lo aprendido.
Los seres acuden a las Escuelas Etéricas en busca de Conocimiento y Experiencia para perfeccionar y elevar sus capacidades. Además, conocen a otros seres y se relacionan con otras familias espirituales, lo que facilita el entendimiento y la unión entre las almas. El amor que se desprende de estas relaciones, es la sólida base del vínculo de amistad y hermandad entre los seres que habitamos la Creación.
Hasta aquí la experiencia de hoy, la próxima semana un nuevo relato de Jadesh la Atlante, con una Madre Tierra en plenitud y unos Hijos ávidos de conocimiento.
Gracias… ¡te deseo una feliz semana¡
Blog Despertar de Conciencia. Mª José Vázquez Uceda
